CUIDADO CON LA RESISTENCIA A LA INSULINA
El síndrome de resistencia a la insulina está creciendo aceleradamente. Solamente en Chile compromete a más de un tercio de la población adulta, según algunos estudios.
Esta condición, asociada a un estilo de vida no saludable, está vinculada con la prediabetes y la diabetes tipo 2.
Se genera cuando el organismo no responde normalmente a la insulina producida por el páncreas, lo que dificulta que la glucosa penetre en las células.
Cabe recordar que, entre otras funciones, la insulina es una hormona que tiene como fin controlar los niveles de glucosa en la sangre y de que esta llegue a las células musculares y se utilice como una de las principales fuentes de energía. Así mismo, evita que se produzca glucosa en el hígado después de las comidas, así como que se liberen ácidos grasos.
En este orden de ideas, la resistencia a la insulina consiste, precisamente, en la pérdida de dichas funciones, por lo cual se produce un nivel elevado de insulina en la sangre, junto con niveles de glucosa elevados por la pérdida o alteración de la función esencial de la insulina.
Esto condiciona a una mayor producción de ácidos grasos que bloquean a su vez la acción de la insulina. Y este exceso de ácidos grasos se acumula en el tejido adiposo abdominal, en el hígado (hígado graso) y en los músculos.
Prevenir para no lamentar
La única forma de revertir la resistencia a la insulina es con la actividad física y una alimentación saludable, aspectos que derivan en la disminución de peso corporal.
Frente a la alimentación, se aconsejan cambios en la dieta, recomendándose una dieta equilibrada, con un menor consumo de grasas saturadas y carbohidratos.
Recuerde que una vida sana depende de sus hábitos. No olvide que patologías como la resistencia a la insulina son la base de enfermedades mayores como la diabetes y las afecciones cardiovasculares.